La Asamblea General de la ONU, en la resolución 66/281, de 12 de julio de 2012, decretó el 20 de marzo, Día Internacional de la Felicidad, para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno. La resolución invita a todos los Estados Miembros, a los organizaciones nacionales, regionales e internacionales, a la sociedad civil y a las personas a celebrar este día, y promover actividades concretas, especialmente en el ámbito de la educación.
Una de las claves de la felicidad es experimentar emociones o estados positivos con más frecuencia.
Los momentos de placer y de bienestar no se limitan a hacerte sentir bien sino que ensanchan tus horizontes y aumentan tus capacidades sociales, físicas e intelectuales, como afirma Barbara Fredrickson.
Además, según Sonja Lyubomirsky, las emociones positivas provocan espirales ascendentes: por ejemplo, después de hacer ejercicio aeróbico sientes más energía, ésto incentiva tu creatividad, de donde surge una nueva idea sobre cómo cautivar a tu pareja, y eso fortalece tu matrimonio, con lo cual aumentan tu satisfacción y compromiso, y eso te vuelve más agradecido e indulgente, lo cual alimenta tu optimismo, creando una profecía que acarrea su propio cumplimiento, que amortigua el malestar que te produce un inconveniente en el trabajo, y así sucesivamente.
Sabemos también que existe un fenómeno de habituación que nos permite disfrutar con intensidad las primeras cucharadas de nuestro helado favorito pero que nos lleva a perder el placer inicial a medida que las cucharadas se suceden en el tiempo. Es por ésto que apoyamos la idea de la felicidad intermitente, al menos este tipo de felicidad más hedónica, pues nuestra naturaleza se habitúa ante los estímulos que se repiten o mantienen en el tiempo. De ahí que, en este sentido, Sonja Lyubomirsky, nos aconseje, de poder hacerlo, gastar nuestro dinero en numerosas cosas agradables que nos produzcan placer a lo largo de los días cotidianos: una comida diaria a base de algo especial, un masaje semanal, una entrega de flores frescas de vez en cuando, un día de cine, etc. en lugar de gastarlo todo en una sola cosa muy costosa.
Los factores variedad, intermitencia y sorpresa tienen mucho que decir sobre nuestra capacidad de sentirnos felices. Podemos provocarnos estados de ánimo alegres y positivos realizando actividades que nos lleven a vivir esos estados. Ver películas divertidas, contar o escuchar chistes, escuchar y bailar canciones optimistas son buenos ejemplos de ello. Te animo a unirte a la celebración de este día con una canción que está sonando con gran éxito por su mensaje optimista y su ritmo, y con la que la Fundación de Naciones Unidas ha puesto en marcha una plataforma desde la que recaudar fondos para ofrecer ayuda humanitaria en http://24hoursofhappiness.com/
¡Feliz Día Internacional de la Felicidad!
31/05/2014
Todos los dias deberian de ser felicidad.
Para conseguirlo solo tengo que experimentar emociones o estados positivos con mas frecuencia y saber valorarlo en las actividades cotidianas.
Tomaré conciencia de ello,lo intentaré.
31/05/2014
Gracias Ángeles por tu comentario. Aumentar la frecuencia en la que vives estados positivos es una de las vías a la felicidad.