¡Haz que pase!

A veces, más que por auténtica convicción, porque “toca”, pensamos en cambiar hábitos, en especial a principios de año, sin más implicación. Como cabe esperar, en cuanto pasan unas semanas, cuando no antes, abandonamos la idea. Queremos tener vidas felices y significativas, sin embargo, no siempre nos decidimos a invertir el tiempo, la dedicación y los recursos necesarios para conseguirlo. Pero ¿es saludable perseguir y cumplir metas? ¿Qué relación tiene con disfrutar de una buena salud? ¿Qué hacen diferente o qué características tienen las personas que consiguen que lo que desean pase? Y, lo más importante, ¿podemos aprender de ellas? Veamos algunos datos que la Psicología nos aporta al respecto.

La importancia de saber elegir y cumplir metas para la salud

Cada vez contamos con una mayor evidencia empírica que relaciona el grado en que cumplimos nuestras metas u objetivos personales con el bienestar que experimentamos. Y es que los logros personales son una vía para aumentar nuestro bienestar.

Según los datos existentes podemos extraer las siguientes recomendaciones:

1. Cree en ti.

Partiendo del Modelo social-cognitivo de Albert Bandura, 1989, y de su Teoría de la autoeficacia, 1997, las personas consiguen su bienestar como consecuencia del logro de sus objetivos personales, los cuales dependen de sus creencias de auto-eficacia. Bandura defiende que, “creer en uno mismo no necesariamente asegura el éxito, pero no creer en uno mismo sin duda lleva al fracaso”. La autoeficacia influye reduciendo estados de afecto negativo y aumentando los de afecto positivo. La motivación y la acción humanas están reguladas por las creencias de control que implican 3 tipos de expectativas:  

  • Expectativas de situación-resultado. Las consecuencias se producen por sucesos ambientales independientemente de la acción personal.
  • Expectativas de acción-resultado. El resultado es consecuencia de la acción personal.
  • Autoeficacia percibida. Referida a la confianza de la persona en sus capacidades para realizar las acciones necesarias con las que alcanzar un resultado deseado.

Las creencias de autoeficacia influyen sobre cualquier proceso de cambio personal de ahí su importancia para alcanzar metas.

2. Elige objetivos autoconcordantes. 

Según el Modelo de autoconcordancia de Sheldon y Elliot, 1999, las personas pueden elegir o no objetivos que representen adecuadamente sus valores más profundos y sus intereses más duraderos. Distingue entre:

  • Objetivos autoconcordantes. Objetivos buscados por motivaciones intrínsecas o por convicciones con las que la persona se identifica. Estos objetivos tienden a mostrar un locus de causalidad interno, es decir, se sienten como el resultado de una elección propia.
  • Objetivos no-autoconcordantes. Objetivos que proceden del control externo, perseguidos por razones externas o por normas introyectadas, caracterizándose por producir ansiedad y culpa, y por proceder de regiones no integradas del self, es decir, se sienten como una elección ajena.

Los primeros representan mejor el estado y los procesos de desarrollo “verdaderos” del individuo. Y además, según los datos de las investigaciones, correlacionan positivamente con vitalidad, empatía, orientación hacia la autonomía y apertura a la experiencia. Y cuanto más autoconcordantes fueron los objetivos de los participantes, mayor fue el bienestar experimentado cuando lograban los objetivos. Los citados investigadores propusieron con este modelo que la autoconcordancia y el bienestar se relacionan a través de dos cadenas causales:

  • La autoconcordancia de los objetivos personales genera un mayor esfuerzo, el cual promueve mayor probabilidad de éxito en el logro de los objetivos planteados y lleva a una mayor experiencia de bienestar.
  • La práctica de estos objetivos proporciona una mayor oportunidad para la satisfacción de las necesidades básicas de competencia, autonomía y relación, satisfacción de necesidades que a su vez conduce a la experiencia de bienestar.

3. Elige metas congruentes y coherentes.

La Teoría de la Autodeterminación de Ryan & Deci, 2000, sostiene que el bienestar es fundamentalmente consecuencia de un funcionamiento psicológico óptimo el cual implica una adecuada satisfacción de tres necesidades psicológicas básicas –autonomía, competencia y vinculación-, y además, un sistema de metas congruente y coherente. Para conseguirlo, cada persona debe establecer sus metas siguiendo unos criterios:

  • Metas intrínsecas mejor que extrínsecas.
  • Metas coherentes entre sí.
  • Metas coherentes con los propios valores e intereses.
  • Metas coherentes con las necesidades básicas.

¿Estás languideciendo o estás floreciendo?  

Una característica que destaca en las personas que se sienten plenamente vivas es, sin duda, que tienen ilusiones, metas, planes.

Lo dijo Bob Dylan: “El que no está ocupado naciendo está ocupado muriendo”. Esta frase podría resumir la distinción entre salud mental positiva y salud mental negativa. Básicamente, podemos decir que si predomina el malestar en ti, estás languideciendo y si predomina el bienestar en ti, estás floreciendo. Puede parecer superficial pero su repercusión en los modelos de intervención psicológica (salud, clínica, educativa y organizacional) está generando una extraordinaria transformación.

Fue en el año 1948 cuando la OMS, Organización Mundial de la Salud, definió: “la salud no es sólo la ausencia de enfermedad sino la presencia de un bienestar biológico, psicológico y social”. Pero tuvimos que esperar hasta el 2009 para encontrar un momento de desarrollo científico capaz de plasmar en la práctica este mayor foco de atención en el sentido positivo y de crecimiento de la salud: “la salud mental es un estado completo que queda mejor estudiado mediante evaluaciones combinadas de salud y de enfermedad mental; la salud mental completa es un estado en el que los individuos están libres de enfermedad y están floreciendo”.  Keyes, C.L. 2009. Pero ¿Qué es florecer?

Martin Seligman en su Teoría del Bienestar, 2011, nos habla de florecer como un término relacionado con la salud mental positiva ya que implica la ausencia de enfermedad o trastorno mental y, a la vez, la presencia de crecimiento personal. Para él los factores para alcanzar el bienestar son PERMA, que puedes conocer aquí, incluyendo los logros.

Keyes, 2009, propone un transformador modelo de dos continuos diferentes para explicar la salud y la enfermedad, mostrando que la ausencia de enfermedad no equivale a la presencia de salud mental. Propone un diagnóstico del florecimiento, al igual que se viene haciendo con el diagnóstico de la enfermedad, según se cumplan determinados criterios. Los que tienen mayor relación con alcanzar metas personales son:

  • Conocimiento del propio potencial, sentido de desarrollo y apertura a nuevas experiencias.
  • Creer en el desarrollo positivo de las personas, los grupos y la sociedad.
  • Poseer metas y finalidad en la vida. 
  • Mostrar autonomía y autodirección. 

Según lo dicho, la recomendación a seguir es:

4. Comprométete con florecer.  Florecer requiere un esfuerzo intencionado y constante. Consiste en hacer algo a diario que estire tus posibilidades, que te haga crecer a nivel personal.

Es evidente que vivir potenciando un florecimiento continuo requiere de unas características especiales. Revisemos algunas de ellas.

Características de las personas que hacen que las cosas pasen   

Mentalidad fija o Mentalidad de crecimiento

Carol Dweck, psicóloga de la Universidad de Standford, asegura que todos podemos cambiar con esfuerzo, y que el éxito o el fracaso no dependen tanto de nuestra capacidad innata o de nuestro talento “de serie” como de nuestra disposición mental. En su libro “Mindset”, o formas de pensar, propone estrategias en las que realizar ejercicios para potenciar y desarrollar una mentalidad de crecimiento. Distingue dos tipos de mentalidades:

  • Mentalidad fija o cerrada. Las personas que la tienen piensan que sus capacidades o inteligencia es estática; suelen evitar los desafíos; se rinden con facilidad ante los obstáculos; rechazan las críticas; se sienten amenazados por el éxito de otros; tienen una visión determinista del mundo y su lema podría ser: “si no se arriesga nada, no se pierde nada”. 
  • Mentalidad de crecimiento o abierta. Las personas que la poseen piensan que pueden desarrollar habilidades y que su inteligencia puede desarrollarse; viven los desafíos como retos u oportunidades de desarrollo; perseveran ante los obstáculos; aprenden de las críticas; encuentran inspiración en el éxito de otros y su lema podría ser: “el que no arriesga, no gana”.

La aportación de Dweck tiene importantes consecuencias sobre los estilos educativos: si se tiene un estilo basado en la mentalidad de cambio y crecimiento, los elogios hacia los logros obtenidos no se centrarán en la personalidad del tipo “eres muy lista”, sino en los procesos utilizados, como es decir “has estudiado mucho”, “te has organizado muy bien”, que pondera valores dinámicos que dependen más de lo que uno hace y menos de lo que uno tiene.

La recomendación según lo visto es:

5. Potencia una mentalidad de crecimiento o abierta. 

Zona de confort o Zona mágica

La zona de confort es la zona en la que desarrollas tu vida de forma que todo te resulta conocido, cómodo, habitual y rutinario. Lo paradójico de la zona de confort es que actúa como un bombón envenenado: a corto plazo es agradable pero a medio y largo plazo te hace daño.

Hay quienes confunden la comodidad con el bienestar, sin embargo, debemos lidiar con el obstáculo que supone la adaptación hedónica para seguir saboreando la comodidad y no caer en el hastío. Para conseguirlo debemos desafiar ciertos automatismos a diario, para volver a apreciar las cosas positivas que tenemos o nos ocurren.

Los hábitos facilitan nuestra vida pero también nos esclavizan. En realidad, las personas más libres son aquéllas capaces de tolerar mejor la incertidumbre ante los cambios (todo cambio genera estrés, aunque sea por un motivo positivo) y buscan su crecimiento personal saliendo de su zona de confort con frecuencia. Puedes reflexionar sobre estos factores viendo este video:

Por tanto, la recomendación a tener en cuenta sería:

6. Muévete hacia tu zona mágica. Se trata de un proceso dinámico en el que cuando estás en la zona mágica te desarrollas y aprendes, asimilas lo aprendido y vuelves a sentirte en tu zona de confort, en un proceso inagotable. Esta propuesta sigue una dinámica semejante a la Teoría del cambio de Kurt Lewin, 1947 que distinguió entre 3 fases.

  • Descongelamiento. Primera fase en la que te cuestionas tu situación, tienes emociones contradictorias y creas la motivación para el cambio ante la necesidad de cambiar. Hay incertidumbre e inseguridad ante lo novedoso pero también supone un reto y una oportunidad de desarrollo.
  • Desplazamiento. En esta segunda fase te desplazas a un nuevo nivel de conductas, practicas nuevas actitudes, creencias, actividades. Es el cambio en sí mismo.
  • Recongelamiento. En esta tercera fase se hace sostenible o se rutiniza el cambio. Cuando esto ocurre volvemos a la fase inicial de descongelamiento.

Es un proceso de crecimiento personal y de mejora continua.

El poder de la determinación = persistencia + pasión

Martin Seligman, en su libro “La vida que florece”, destaca como un factor de éxito a la hora de alcanzar logros personales la autodisciplina, es decir, la capacidad de sacrificar el placer a corto plazo por el beneficio a largo plazo. Un rasgo extremo de la autodisciplina es la determinación, que define como la combinación de una persistencia y una pasión muy elevadas por alcanzar un objetivo. Además, la determinación está asociada con la vía comprometida hacia el bienestar que ofrece efectos más estables y duraderos en el tiempo.

La recomendación, por tanto, es:

7. Ponle determinación. 

Recapitulando

Por todo lo visto las recomendaciones para que alcances lo que quieres son:

  1. Cree en ti.
  2. Elige objetivos autoconcordantes.
  3. Elige metas congruentes y coherentes.
  4. Comprométete con florecer.
  5. Potencia una mentalidad de crecimiento o abierta.
  6. Muévete hacia tu zona mágica. 
  7. Ponle determinación.

Más pautas para que hagas que pase

  1. Sueña. Soñar supone la posibilidad de proyectarse uno mismo en el futuro. MacLeod y Conway (2007) encontraron que el pensamiento futuro positivo estaba correlacionado positivamente con medidas de bienestar subjetivo.
  2. Visualiza. Existe evidencia de que generar imágenes mentales de éxito futuro y de su proceso hasta conseguirlo puede en ocasiones incrementar la motivación de logro, el esfuerzo y mejorar la actuación. Una imagen positiva sobre uno mismo en el futuro puede motivar a la acción ayudando a las personas a articular sus objetivos claramente y desarrollar conductas que les permitan cumplir esos objetivos.
  3. Planifícate. Los planes son diseños que construimos para guiar nuestros intentos de alcanzar un objetivo en un ambiente dado. Como recogen MacLeod y Conway, 2005, se han encontrado altos niveles de bienestar asociados a altos niveles de planificación en objetivos personales. Decía Séneca “No hay viento favorable para aquél que no sabe a dónde va”. Por eso, ten en en cuenta tus valores, tus metas u objetivos y las acciones que vas a hacer para conseguirlo. Los valores son la parte abstracta, la estrella que nos guía. Pregúntate ¿qué es lo que te mueve como ser único? ¿qué es lo que te da satisfacción? ¿qué actividades te hacen disfrutar y sentir bien?
  4. Cuéntalo. Bauer, 2005, analizó las narrativas personales sobre decisiones de cambio de vida. Aquellas personas con narrativas donde se enfatizaba la aproximación a un futuro deseado informan de un nivel de bienestar superior, menor nivel de evitación de esfuerzos, y menor neuroticismo que aquellos que se centraban en la evitación de un pasado indeseado.
  5. Escríbelo. Escribir sobre los objetivos de vida está asociado con un incremento significativo del bienestar subjetivo, King, 2001.
  6. Comprométete. Lyubomirsky, 2008, considera que entrenar la actividad de comprometerse con los objetivos personales es uno de los pilares del bienestar personal. Las personas que se esfuerzan por conseguir objetivos que son importantes en su vida son mucho más felices que las que no tienen sueños ni aspiraciones firmes, Cantor y Sanderson, 1999. Incluso se ha comprobado que el proceso de trabajar en favor de un objetivo es más importante incluso para el bienestar que su consecución (Brunstein, 1993).

No te pierdas el video “vidas llenas de vida” y comprométete con tu sueño.

¡Haz que pase!

Otras Referencias:

Chaves, C., Vázquez, C., Hervás, G. (2012): Cumplir pequeños deseos: efectos sobre el bienestar de niños con enfermedades graves.

Dweck, C. (2006): Mindset: La nueva psicología del éxito. Nueva York, NY, Estados Unidos: Random House.

Vázquez, C. y Hervás, G. (2008): Salud positiva: del síntoma al bienestar. En Psicología Positiva Aplicada. Bilbao, Desclée de Brouwer.

Keyes, Corey L. M. 2002. “The Mental Health Continuum:  From Languishing to Flourishing in Life.”  Journal of Health and Social Behavior. 43: 207-222.

Vázquez, C. Hervás, G., Rahona, J.J. y Gómez, D. (2009): Bienestar psicológico y salud: aportaciones desde la Psicología Positiva. Anuario de Psicología Clínica y de la Salud, 5, 15-28.

Sansinenea, E., Gil de Montes, L., Agirrezabal, A., Larrañaga, M., Ortiz, G., Valencia, J.F. y Fuster, M.J. (2008). Autoconcordancia y autoeficacia en los objetivos personales: ¿cuál es su aportación al bienestar? Anales de Psicología, 24, 121-128.

Seligman, M. (2011): La vida que florece. Barcelona. Ediciones B.

Autor: Violeta Perán

Apasionada de la Psicología e interesada en el funcionamiento óptimo de las personas y de las organizaciones, cuento con más de 20 años de experiencia como psicóloga, psicoterapeuta y docente en distintos ámbitos, públicos y privados, promoviendo la salud mental y el bienestar en el día a día. Soy Psicóloga Sanitaria, Psicoterapeuta Europeo en Clínica y Salud, Especialista en Psicología Positiva Aplicada, Miembro de la SEPP, Sociedad Española de Psicología Positiva, de la Asociación EMDR España y de la RIEEB, Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar. He creado SaludableMente, con consulta presencial y online, y soy miembro del COP, Colegio Oficial de Psicología de la Región de Murcia.

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4 Comentarios

  1. Pues sí, me identifico con la mayor parte de cosas en el proceso que estoy viviendo, y que junto a mí también veo experimentar en otras personas; nos ha costado descongelarnos y desplazarnos, pero como suelo decir, lo importante no es lo largo ni lo difícil que sea recorrer el camino, sino saber encontrarte en el camino correcto, y disfrutar de él.
    Enhorabuena por el post!

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  2. ¡Muy buen artículo!
    Me ha gustado mucho. Para mi, lo más difícil es hacer ver a otras personas esa posibilidad de cambio, que crean que es posible. Sacarlos de la parálisis mental en la que se encuentran para cambiar. Pero con tus sabios consejos posiblemente se motiven e intenten cambiar algo. Muchas gracias.

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